A principios del año 2007 uno de mis mejores amigos me habla emocionado de las excelencias de un juego on.line que le había permitido comprarse una moto de segunda mano, así que en una de mis visitas a la capital, aproveché para que me pusiese al corriente.
Después de varias clases en las que me traslada las nociones básicas (no había jugado al Hold´em en mi vida) me puse manos a la obra para intentar conocer una actividad que en esos momentos me resultaba totalmente exótica, arrancando en la modalidad Limit Full Ring, bajo la tutela de una conocida escuela.
Al no sentir la presión del dinero, al igual que le pasa a muchos jugadores eventuales con cierto poder adquisitivo, mi gestión de banca siempre fue nula, entre otras cosas porque me daba pereza ingresar una cantidad importante para jugar en un nivel que me motivase mínimamente.
Esto también se debía al no tener la certeza de si la afición me iba a durar mucho, a lo que había que añadir (por desconocimiento del medio), la típica desconfianza que suponía depositar dinero en la red.
Lo que empezó como una anécdota, se acabó convirtiendo en una actividad en la que invertía bastantes horas, tanto en el propio juego, como en el conocimiento del sector.
Obviamente como emprendedor, no iba a dejar pasar la oportunidad de buscar oportunidades de negocio, lo que me llevó a entablar amistad con muchísimas personas de este entorno y a empezar a tener ingresos indirectos.
Invertí cerca de un año en jugar 100.000 manos, realizando ingresos menores (en total unos 500€) atacando regularmente mesas de buyin 1/2.
En esa etapa, aún con los grandes altibajos que suponía esa nefasta gestión de banca, me supuso unas ganancias de unos 3.000 €, cantidad espectacular para alguien acostumbrado a no recibir nada por jugar a la XBOX, y lo que obviamente acabaría dando un giro radical a mi vida.
¿Ganar dinero por realizar una actividad ociosa? Qué maravilla.
Iluso de mí.
Continuará…
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