sábado, 25 de septiembre de 2010

jueves, 23 de septiembre de 2010

THE REPOSSESSION MAMBO

“Un trabajo no es sólo un trabajo, es lo que eres y si alguien quiere ser eso, primero tiene que cambiar de ocupación”

viernes, 17 de septiembre de 2010

SALTO A NO LIMIT, RB PLAYER COMO MODELO DE NEGOCIO Y EL CÍRCULO DE LA CONFIANZA.

Enero del 2008.

A mi vuelta de Las Vegas y sin ser consciente de lo que me esperaba pocos meses después, empiezo a plantear el salto a la modalidad Cash No Limit. 

Este cambio fue forzado por las circunstancias: en ese momento y aún llevando un año en el medio on.line, era un total desconocedor del mundo exterior, jungla en la que poder encontrar infinidad de empresas de poker on.line (en adelante salas) y múltiples y diferentes ofertas de rakeback.

Frecuentaba una sala en exclusiva y esto limitaba el número de mesas en las que poder jugar, a lo que se añadía el gran número de jugadores de la misma escuela y por lo tanto a la obligada reducción del edge al enfrentarme a compañeros con una misma formación. 

Ante este panorama desolador no había mucho margen de maniobra, cambiar de sala no lo considerada una opción (algo que justificaré unos párrafos más adelante), por lo que el cambio de modalidad se convertía en la única alternativa.

Este cambio sin llegar a ser traumático, empezó a dejar entrever mis limitaciones y en definitiva lo que no dejaba de ser otra cosa que las carencias de mi formación.

Efectivamente y para desgracia de los lectores neófitos que no hicieron caso de mi primera entrada y han seguido leyendo buscando una máquina de generar dinero fácil,  aquí, como en otras muchas actividades, solo llenarás tus bolsillos con esfuerzo y dedicación.

He de reconocer, que hasta entonces mi interés por el estudio era prácticamente nulo, entre otras cosas porque no se me había inculcado su importancia y tampoco tenía a mi alcance la cantidad de herramientas formativas de las que se disponen en la actualidad.

Esta actitud apática, iba de la mano con el desinterés por conocer otras salas, otras escuelas o simplemente otros puntos de vista en cuanto a estrategias de juego se refiere.

¿Por qué iba a hacerlo? Soy ganador y estoy en el mejor sitio. 

Efectivamente, esta impresión se repetirá a lo largo de mi carrera: iluso de mí.

Esa nefasta actitud me llevó a pasar prácticamente dos años en un micromundo cerrado en todos los aspectos, siendo el formativo el lastre más importante.

Por un lado vivir esa situación, enmarcada en el contexto del ocio y el divertimento, me resultaba indiferente, pero una vez que no hay marcha atrás y me veo obligado a convertir ese ocio en una fuente estable de ingresos, me encuentro ante una realidad que a todo jugador le cuesta asumir, mi nivel de juego estaba iendo de la mano con el nivel de ganancias, en definitiva no estando a la altura de las circunstancias, lo que también saca a relucir otra situación y es el atisbo de nula progresión que iba a sufrir mi incipiente carrera.

¿Falta de talento? Por supuesto siempre cabe esa posibilidad, el talento lo tienen unos pocos y por desgracia yo no soy uno de los elegidos, pero básicamente había sido formado para ser un jugador breakeven. 

Aunque tampoco es mi intención menospreciar el trabajo de la escuela donde arranqué como jugador (y justificarme no deja de ser fiel reflejo de la situación que transmito en el cierre del artículo) por que al fin y al cabo son los que me abrieron las puertas a este mundo del cual disfruto, y aun respetando (que no compartiendo) su modelo empresarial, no dejaba de ser un paritorio de jugadores no perdedores.

Filosofía, intencionada o no, basada en estrategias y modalidades de juego conservadoras, diseñadas para generar un grandísimo volumen de jugadores que retroalimenten el sistema.

Este pérfil de jugador no pierde dinero y algunos hasta se consideran a sí mismo ganadores.

Esto último a efectos prácticos es cierto: si no pierdes (even en las mesas) y además sumas el rakeback, efectivamente estás ganando dinero. 

El cliente, en su mayoría jugadores de nano o micro límites, desconocedor de otro mundo (el de los realmente ganadores) está contento y la empresa también, por lo que se acaba creando el círculo de la confianza.

¿En qué consiste este círculo?

Es relativamente sencillo, el jugador que empieza sus andaduras bajo la protección y tutela de una escuela, al ir creciendo y por lo tanto generando ingresos (o no perdiéndolos), tiende a generar un sentimiento de agradecimiento desmedido que acaba convirtiéndose en fidelización e idealización. 

Este sentimiento, debido sobre todo a que es un sector al que accede un gran número de jóvenes que por edad necesitan un modelo en el que sentirse reflejado, puede llegar a rozar lo enfermizo, actitudes enfatizadas bajo un falso concepto de comunidad, que los propios usuarios se encargan de potenciar mediante el uso de foros de discusión, creando estúpidas y cuasi sectarias rivalidades entre escuelas.

Esa fidelización, que no deja de ser altamente meritoria, porque en ella radica el éxito de cualquier empresa, obliga a muchos jugadores, siempre de manera inconsciente, a sentirse en deuda con sus formadores y por lo tanto  acaban generando un compromiso moral que les impide buscar otros caminos.

Emanciparse del que un día te dió de comer no deja de ser el peor de los pecados, el de la traición y este sentimiento, es el que definitiva cierra el círculo de la confianza.

lunes, 13 de septiembre de 2010

TU MENTE NECESITA LIBERARSE


"Cuando naces, todos a tu alrededor sonrien orgullosos, y tú lloras. 

Ve y vive tu vida de forma que cuando mueras, seas tú el que sonria y todos a tu alrededor lloren."

jueves, 9 de septiembre de 2010

EN IMÁGENES

Última entrada cerrando mi particular visión sobre Las Vegas.

 

VA DE CASINOS

Porque al fin y al cabo es lo que acabas viendo. ¿Realmente ofrece mucho más? 
 
¿Cuáles son las expectativas del que decide invertir un largo viaje de 24 horas para conocer la ciudad del pecado?
 
La resolución de esta pregunta me parece interesante. Por un lado creo que no deja de ser una muestra más del fetichismo que rodea al jugador de poker.
 
Se sobre entiende que como tal, es un sueño cumplido el pisar un entorno tan cinematográfico. Y lo contextualizo en el cine porque como jugador on.line creo que es más clara la referencia de Leaving Las Vegas ó Casino (CSI para los más jóvenes) que la de unos jugadores como Doyle Brunson, Amarillo Slim ó Chris Moneymaker que nos quedan lejos en el tiempo y no son sinónimo del poker moderno.


 
Es decir, para ese perfil de jugador on.line, acostumbrado a los automatismos y el juego multimesa: ¿qué le aporta más allá de ese fetichismo?, pues posiblemente otra de las cosas que más nos sobra, inflar nuestro ego diciendo que has estado allí.
 
Porque realmente es una ciudad que tiene algo especial, puedes decir que has estado en las Bahamas ó en Rusia, y en general tu interlocutor no pestañeará, pero Las Vegas amigo, IS DIFFERENT!!!!!!!
 
Sinceramente, creo que no hay mucho más, es muy posible que fuese culpa de una mala organización, pero la estancia se me acabó haciendo realmente larga, a lo que tampoco ayudó estar lejos de la familia.
 
La experiencia con el paso del tiempo es contradictoria, la recuerdo con cariño , es indudable que arquitectónicamente es espectacular, otra cosa muy diferente y es lo que intento trasladar, es si realmente acaba  aportándote algo como jugador.

En cuanto a turismo se refiere, si alguien me pidiese opinión, hasta podría llegar a aconsejar la visita, no deja de ser un sitio único, pero no lo pondría por delante de cualquier otra ciudad del mundo que nos haga ilusión conocer. 

Dispuestos a ir a EEUU me han hablado mucho mejor de New York, Boston o Chicago, aunque no tengan ese punch tan mediático.
 
"Que íbamos a pintar en medio de un desierto?. La única razón es el dinero. Ese es el resultado final de las luces de Neon y las ofertas de las agencias de viajes, de todo el champán, de las suites de hotel gratis, de las fulanas y el alcohol. Todo está organizado sólo para que nosotros nos llevemos su dinero. Somos los únicos que ganamos, los jugadores no tienen ninguna posibilidad
."  Robert de Niro en Casino de Martin Scorsese (1995).

miércoles, 8 de septiembre de 2010

EL DESCANSO DEL GUERRERO

Aunque al final de esta panorámica, daré una opinión más extensa sobre elegir Las Vegas como destino turístico y aun considerando que es una propuesta vacacional algo limitada, es cierto, que al igual que otros muchos lugares del mundo, con dinero (a poder ser en abundancia) la oferta de ocio es amplia.

 
Es de obligada la visita a Freemon Street, en el Downtown: ahí nació todo y  desde entonces poco o nada ha cambiado. En pocos metros su encanto te traslada 30 años atrás.


Al respecto comentar que es aconsejable ir a una hora prudente, aunque The Strip es una avenida extremadamente segura a cualquier hora del día, la periferia no lo es tanto, el ambiente se enrarece, e impresiona sobremanera ver grupos de negros musculados que te clavan los ojos de arriba abajo. En resumen, mejor hacer turismo antes de que caiga la noche, porque en nuestra segunda visita prácticamente salimos corriendo.

Allí encontraremos el mítico casino Golden Nugget y su “The Hand of Faith Nugget”, el Binion´s, el Hotel Plaza y por supuesto el espectáculo The Freemon Street Experiencie, algo cutre si esperas ver los efectos especiales de Avatar.

 
A la vuelta, foto de rigor en la entrada Wellcome to Fabolous Downtown Las Vegas y una muy buena opción es visitar el Hotel Stratosphere, aunque de sus atracciones a más de 300 metros de altura solo tuve nuggets para probar el Big Shot (20/30$).


Si te gustan los musicales, prácticamente todos los hoteles disponen de sus propios espectáculos, de los que destacan sin lugar a dudas los del Cirque du Soleil, con 5 shows distintos, ofreciendo Love en exclusiva. Este fue mi elegido (130$) y posiblemente la mejor experiencia audio visual que he vivido nunca (a otro nivel, comparable con el concierto de U2 en 3D).


También puede coincidir alguna velada de boxeo o UFC.

A nivel más festivo, me quedé con ganas de visitar el Club PlayBoy en West Flamingo Road o el Pussycat Dolls Lounge en el Caesars Palace.

Si vais en compañía femenina, os podéis casar en una Wedding Chapel y luego quemar la visa en ropa.


EEUU es el claro ejemplo de cómo en Europa nos tienen totalmente engañados. Los precios de los artículos de firma, independientemente de las gangas que encuentras en los outlets es directamente escandalosa (por su bajo coste). 

Al hilo recomiendo encarecidamente el viajar con las maletas VACIAS, una muda y el resto se compra allí, con una inversión razonable tienes vestuario para todo el año: Calvin Klein, Tommy Hilfiger, Polo Ralph Lauren, Marc Eckó, Dockers, Guess, No Fear, Vans, Adidas Classic… cualquier firma que aquí supone un atracao a mano armada (como el de los taxistas americanos), las encuentras prácticamente regaladas… simplemente vergonzoso. 

Otra opción muy válida es la de viajar, el problema es que todo queda realmente lejos y después del palizón del avión, al menos a mí no me quedaron ganas de más traslados, tienes Los Ángeles a 500 km, San Francisco a 1.000 y el Gran Cañón a 150 km, el problema de éste último, es que por carretera el recorrido es extremadamente lento, y supone unas 4 horas, la opción aérea ronda los 300/500$.

El no visitarlo es algo de lo que una vez en España me arrepentí, pero acabé tan cansado de la estancia, que en aquellos momentos ni me pasaba por la cabeza invertir otra jornada en traslados.

martes, 7 de septiembre de 2010

LUCES FLUORESCENTES

Una vez solucionado el transporte, otra cosa muy recomendable es solucionar las telecomunicaciones. 
 
A nivel local, si no queremos pagar una factura de móvil indecente, tenemos dos posibilidades: tarjetas prepago yankies ó unos walkie talkies (algo no poco común).
 
A nivel internacional, activar una tarifa Roaming no está de más y disponer de un portátil para estar en contacto con los tuyos es la mejor opción. No será muy útil para el avión porque: ni hay batería que aguante ese trote, ni hay enchufes y lo que por desgracia no sobra, es espacio. 
 
Sobre esto último, se me olvidó comentar en la primera entrada que ya puestos a realizar una inversión en el viaje, es mejor recortar de alguna otra partida e intentar contratar un billete en first class: nos evitaremos el riesgo de sufrir el síndrome de la clase turista, el que afecta al 3% de los viajeros sanos, y como todo bad beat, siempre hay posibilidades de que te toque.
 
En ese aspecto aunque pagué la novatada, no fue un mal viaje.
 
Hotel, fast food, transporte, comunicaciones y entramos en el micro mundo de los casinos y su ecosistema, que como un buen supermercado, está diseñado para generar y cubrir necesidades.
 
Por un lado, no encontrarás ni una sola ventana al exterior ni un solo reloj, el país creador de la C.I.A. sabe cómo controlar nuestros sentidos y nada mejor que hacer perder la noción del tiempo para obligarnos a sumar horas en sus instalaciones.

Sobre estas, ni punto de comparación con las Españolas, no sólo por su infraestructura, en algunos casos deficientes (heredadas de los 70´s y 80´s ) si no por los pequeños detalles. 

El uso de cualquier servicio de ocio te da derecho a bebida gratuita (refrescos, zumos, cocktails, alcohol) y aunque por educación, ya que las azafatas viven casi en exclusiva de las propinas se les suele dar unos dólares, invertir 25 centavos en una máquina tragaperras te da derecho a consumición.

Los baños disponen de asistente, agua caliente, tu protector de papel para el w.c. y todos los mecanismos se activan con sensores de movimiento, cuidando al máximo la higiene.
 
La diferencia en cuanto a mentalidad de negocio es notable, consideran de manera acertada, que una pequeña inversión en consumiciones y la suma de esos pequeños detalles, son los que harán que te decantes por sus instalaciones, añadiendo la posibilidad de tener tu pase VIP, el que te permite acumular puntos que cambiarás por entradas a torneos o consumiciones en sus restaurantes.

 
A este nivel, en el que más a gusto me sentí fue en el Wynn, seguido por el Caesars Palace y la peor nota con diferencia, The Mirage.


 
Una vez en la poker room, los jefes de sala, como profesionales que son, tardarán poco en recordar tu nombre, quieren que te sientas como en casa, algo que no ocurrirá con los dealers.
 
Estos, al igual que las azafatas, viven de las propinas y es algo que tienes que atajar desde el día cero, lo que te obligará a sufrir muy malas caras, tanto del resto de los jugadores como de los susodichos, los que no te darán ninguna facilidad y entre otras malas artes, te repartirán las cartas de mala gana, alejándotelas lo máximo posible de las manos para incomodar tu postura. 
 
El razonamiento de esta decisión es muy sencillo, sólo hace falta multiplicar 1 ó 2 dólares por mano ganada durante 18/20 días de juego, para ver que te supondrá una inversión que puede ir de los 600 a los 800 dólares, o lo que es lo mismo, esas propinas acabarán pagándote la factura del hotel.
 
Esta será otra de las contradicciones de los americanos, aunque no abunden, ves homeless con sus gorras vacías, sin recibir una sola limosna, pero por otro lado los jugadores locales son altamente generosos en las mesas, superando los límites de la coherencia.
 
Por último, a falta de que te suministren una cuña para evitar que te levantes ó cafeína por vena, tienes servicio de catering y masajista, ambos acabaran pasando por caja.


"En un casino la primera regla es hacerlos jugar sin cesar y conseguir que vuelvan. Cuanto más tiempo jueguen más dinero pierden, y al final nos lo quedamos todo".  Robert de Niro en Casino de Martin Scorsese (1995).



¿Y AHORA QUÉ?

Efectivamente, al día siguiente llegaba la pregunta lógica: ¿y ahora qué? 
 
Pues no había mucha duda, el objetivo del viaje era claramente formativo, así que nada mejor que plantear un horario de trabajo, el que acabó por convertir la estancia en algo bastante tedioso. 
 
Sea en casa o a 9.200 km de distancia, cuando el ocio se convierte en trabajo… ya no es ocio, y mi motivación era tal, que mis sesiones superaban ampliamente las 8 horas, llegando en algunos casos a invertir más de la mitad del día entre el juego y los traslados, estos últimos bastante insufribles.
 
Si tu intención es ir a intentar ganar dinero, todo pasa, al igual que en el juego on.line, por una buena selección de sala y una buena selección de mesa, y esto suponía una inversión en horas realmente importante.
 
La sorpresa al respecto, es que la política de los casinos está muy enfocada a la captación del turista, por lo que encontrar mesas Limit de Mid Stakes era realmente complicado. Es cierto que podías encontrar mesas de High Stakes NL en casinos como el Bellagio, pero no es la tónica general. 


 
Encontramos mesas Limit de 1/2 a 3/6, incluso 0,5/1 y mesas No Limit mayoritariamente NL200, es decir, que en cierta manera caía un poco el mito de casinos llenos de multimillonarios. 
 
Por otro lado, en cuanto a rentabilidad se refiere y como pasa en cualquier casino local, te encontrabas a un par de primos y el resto eran jugadores habituales.
 
Por un lado no era extraño encontrar en las mesas mujeres muy agraciadas (strippers ó gogos) y sobre todo bastantes profesionales (muchos de ellos dealers). 
 
Todo esto, acabaría llevando a una clara conclusión, Las Vegas no es un sitio para ir a ganar dinero, básicamente porque el 80% de los jugadores son autóctonos y viven del juego.
 
Dicho esto, y volviendo a los largos recorridos, The Strip con 6.5 Km de longitud fue una pequeña pesadilla. 
 
Lo que a priori se plantea como un inocente paseo, se acababa convirtiendo en varios kilómetros diarios: ir por ejemplo desde el Flamingo hasta el Wynn suponía una caminata de 1.5 km (3 km ir y volver) y si coincidiese que en tu visita no hubiese mesas, la alternativa pasaba por The Mirage, que suponía otra buena caminata. Si se repetía la historia, la alternativa era el Caesars Palace, que nos llevaba al punto de inicio al encontrarse delante del Flamingo. 

 
Al pasar un par de días y después de hacer el primo, descubrimos The Deuce, autobús que con una tarifa única de 5$ te permitia recorrer el boulevard durante 24 horas. No mucho más tarde, nos enteramos de la existencia del tren monorail, que también enlaza prácticamente la totalidad de la avenida y en este caso de manera gratuita.




sábado, 4 de septiembre de 2010

CIUDAD DE CONTRASTES: FAST FOOD, XENOFOBIA Y SEXO

De lo primero que eres consciente, es que la ciudad no duerme. 

Ir a cenar no era un problema pq encuentras infinita variedad de locales de fast food abiertos las 24 horas del día y donde nos topamos con las primeras curiosidades: puedes recargar tú bebida de manera gratuita free refill y constatamos que ver obesos que comen con una hamburguesa en cada mano no era una leyenda urbana. 


También empezamos a intuir, lo difícil que ha sido para los latinos optar por el sueño americano: prácticamente la totalidad del sector servicios se compone de chicanos, y hablando con algunos de ellos te dabas cuenta del desprecio sufrido hacia un colectivo considerado mestizo (en su terminología más despectiva).

Esta multitud de hispano hablantes es una enorme ventaja para alguien que viaja con un lenguaje tan básico como era raise, call, fold u all in.

En cuanto a gastronomía se refiere, la comida en las franquicias no se diferencia en nada con las españolas, a excepción de la Coca Cola.

La Classic para un aficionado como yo a este mejunje, no tiene ni punto de comparación. Siempre he pensado que si la Coca Cola se vendiese al precio de Moët & Chandon, estaría mejor valorada (en cuanto a sensaciones gustativas, no hablo de lo perjudicial del producto).

Mi afición es tal, que a mi vuelta, conseguí que el dueño de un Kebab de mi barrio me vendiese un par de docenas, no le pregunté como las conseguía, me limité a disfrutarlas.


Lo que no se volvió a repetir fue catar los famosos Hot Dogs, nombre muy acertado porque saben a perros.



Después de cenar, y al salir a pasear, nos encontramos con otro sonido repetitivo que nos acompañará durante toda la estancia, el que causa el repicar de los flyers en manos de decenas de… chicanos, con fotos de strippers y sus respectivos números de teléfono, flyers que por cierto acaban formando una alfombra interminable de chicas ligeras de ropa.

Esta será otra de las cosas curiosas de los americanos, cultura contradictoria donde las haya: por un lado la prostitución es ilegal, tanto para el que la ejerce como para el que la contrata, pero por otro lado, es posiblemente una de las ciudades con más prostitutas por metro cuadrado del mundo. 

Quien sea aficionado a este sector, encontrará sin lugar a dudas a la mujer de sus sueños: la calidad estética es realmente alta, sobre todo teniendo en cuenta el número de intervenciones quirúrgicas por las que se someten las susodichas.

Al respecto, una anécdota cuanto menos curiosa: una de las pocas noches que salí de fiesta, decido esperar a mis amigos en el interior de una discoteca del hotel The Mirage, en ese momento no le di demasiada importancia a que me cobrasen 30$ por la entrada.



Muy buena música y multitud de jóvenes atractivas en actitud altamente cariñosa con el sector masculino. Hacía bastante tiempo que no salía de marcha, soy consciente que la juventud ha cambiado mucho, que es más liberal, hasta más promiscua… pero esa mezcla de casi 100% de niñas guapas en el mismo local y tan abiertas a las relaciones interpersonales, era como mínimo chocante: 

¿Sería parte de la idiosincrasia americana hacia el turismo? 

Obviamente, el lector más vivo ya sabe la respuesta, era un puti club en toda regla.

Uno de mis acompañantes, después del calentón y camino al hotel, decide recoger uno de los flyers para disfrutar  de su momento de intimidad (craso error).

Estas chicas, a diferencia de las de la discoteca, no ejercen la prostitución encubierta, de ahí a que puedan publicitarse, son bailarinas sin derecho a roce, por lo que el calentón acabó en súper calentón. Nadie preguntó sobre el final de la noche, supongo que acabó repicando… flyers.


LAS VEGAS

Como no podía ser de otra forma, y como solía ocurrir en todas mis aficiones por variopintas que fuesen (grafitti, futbolín, artes marciales, fitness, submarinismo…) mi empeño por mejorar va en aumento y como el dinero no era un problema:

¿porque conocer el juego en vivo visitando un casino local, cuando podía cumplir el sueño de todo gambler?

Y así fue, es lo que tenía ser mi propio jefe, podía tomarme vacaciones sin tener que dar explicaciones a nadie (exceptuando a mi mujer, of course). 

Contraté una estancia de 20 días, seguro médico (muy importante), compré una maleta, un portátil para que mi mujer comprobase vía web cam que nuestro amigo en común no tuviese signos de sufrir enfermedades contagiosas, un kit de viaje (antifaz, tapones, almohada hinchable,  ipod, trankimazin) y después de 24 horas (Madrid/Philadelphia/Las Vegas), me encontraba en el aeropuerto americano soportando lo que no vemos reflejado en ninguna película y tu sistema auditivo acaba eliminado por propio instinto de supervivencia: el chirriante ruido de las tragaperras.

Efectivamente la maquinaria de contar billetes arranca en el propio aeropuerto.

Pequeño paseo en limousine y check in en el Flamingo, del grupo Harrah´s, ubicado como otros tantos en la arteria principal de la ciudad, Las Vegas Boulevard o más conocida como The Strip.


Elegido por su solera, es el descendiente directo del hotel que marcaría la era moderna de Las Vegas y el que fue considerado como más lujoso del mundo. 

Ahora solo conserva el nombre y lo que también se repetirá durante toda nuestra visita, los colores horteras del original: The Pink Flamingo Hotel & Casino ó The Pink Swan para los aficionados al Grand Theft Auto.

3.626 habitaciones y tan solo 2.100 tragaperras, lo que os pone en contexto del concepto chirriante con el que arranco mi entrada.

Una vez acomodados y disfrutando en mi caso de una de las ventajas de tener horarios metabológicos caóticos como es el de no sufrir el jet lag, decidimos ir a cenar, descubriendo las primeras peculiaridades yankies.